De un tiempo a esta parte he tenido algunas «propuestas sorpresa» en sitios que no esperaba.
Y sé que con lo que llevo vivido no debería sorprenderme tan fácilmente, pero la escena que te voy a contar me dejó trastabillao.
Estaba yo en el banco (en La Caixa, antes Bankia, antes Bancaja…) intentando que me configuraran las cuentas a mi conveniencia.
No lo conseguí.
El caso es que en la conversación salió el tema de que soy diseñador freelance, etc.
Y al minuto la señorita bancaria me estaba ofreciendo un móvil «última generación», un ordenador, y yo qué se qué más.
De repente estaba en Teletienda.
Me pareció extraño, como que aquello estaba fuera de lugar.
Lo vi raro y poco profesional.
La del banco se puso a venderme cosas de las que no tenía ni pajolera idea (lo sé porque le pregunté una par de cosas para cortar el rollo y me respondió obviedades)
No se me ocurriría jamás comprar en un banco el teléfono o el ordenador con el que trabajo.
¡Vamos, no me jodas!
Pues hoy he ido a la oficina de correos para enviar un paquete y al terminar me dice el tipo: ¿Quieres un numerito para el sorteo del sábado?
…Así está el patio.
Te quieren vender lo que sea, aunque no venga a cuento.
No sé a ti, pero a mi estas situaciones me incomodan.
A lo que voy:
Si a la hora de vender mezclamos cosas que no tienen nada que ver unas con otras, proyectamos una imagen de mercadillo que tira p’atrás.
Lo veo correcto si tienes un bazar chino (antes «Multiprecio», antes «Todo a 100»)
Para lo demás …como que no.
Ofrezco servicios de diseño gráfico que te sirvan para vender, con foco, sin rollos ni mezclas raras.
Si ya sabes lo beneficioso que puede ser esto para tu negocio, contáctame.
P.D.: Ya me he abierto cuenta en otro banco (te contaré cuál en otro correo)